viernes, 7 de octubre de 2016

ULTRA DE GREDOS. Cuando las cosas se hacen con ilusión

Es la tercera vez que colaboro como voluntaria en esta inhumana carrera. Tres de tres ediciones que lleva. Me gusta porque está hecha desde la ilusión de un tipo que tuvo un sueño de bien joven: soñó en organizar una carrera que recorriera toda la Sierra de Gredos, subiendo por varias de sus cumbres más representativas, y que lo ha conseguido no sin esfuerzo, a base de coraje y, sobre todo ilusión.

El año pasado me tocó puesto de "animación" en Cabeza Nevada. Tuve que subir la noche antes y dormir en el chozo para estar preparada cuando empezaran a pasar los corredores. Yo encantada, claro.
Este año, junto con Perrino y con Andrés, dormimos en el Victory la noche del viernes al sábado para estar en la cumbre de La Mira antes de las 10 de la mañana.


Previo al inicio de paso de los corredores, ya habíamos balizado la zona que nos correspondía, al igual que el fin de semana anterior, que nos dedicamos a dejar listo el recorrido :PLATAFORMA-LA MIRA-PUERTO CADELEDA-PLATAFORMA el sábado, y PLATAFORMA-LAGUNA GRANDE-REFUGIO ELOLA-AMEAL DE PABLO-GARGANTÓN-LAGUNA GRANDE-PLATAFORMA el domingo.
Intentamos dejarlo tal y como nos gusta encontrarlo a nosotros cuando vamos a una carrera de estas características: balizado para ciegos.


Y en seguida, empezaron a aparecer corredores. Primero del medio ultra (53 km) y un rato después, los primeros del ultra (82 km.).
Nosotros animamos a todos por igual. Nuestro sello de identidad, está claro que es el cencerro:

 Y hacer mucho ruido.

Al menos así, distraemos al corredor un rato.

Como fueron muchas horas de espera, nos dio tiempo a todo: comer, cantar, bailar, aburrirnos....






Y cuando pasaron los escoba por nuestro puesto, recogimos los bártulos, y para abajo, que ya había ganas...

 Por supuesto, desbalizando y dejando la montaña como debe estar: limpita.

Paramos en el Víctory de camino al coche para recoger los sacos y esterillas, que habíamos dejado ahí esa mañana, (y de paso hidratarnos con una cerveza).
Cuando llegamos al coche, era de noche, pero en seguida llegamos a Candeleda, convertida en una pueblo en fiestas por la carrera.

Celebramos lo que nos gusta la montaña con la segunda cosa que más nos gusta....

Y tan contentos, cenamos con el resto de voluntarios, y nos fuimos a la cama.

Sin duda, dos fines de semana marcados ya en el calendario para, mientras el cuerpo aguante, que el ultra de Gredos cuente siempre con nosotros.

¡Entre todos lo haremos grande!

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