martes, 25 de agosto de 2015

TOUR DE MONT BLANC A LA CARRERA. Etapa 2: Chapieux-Courmayeur

Amanecemos, como no puede ser de otra forma, doloridos de la paliza del día anterior, y tras desayunar y recoger, partimos por una interminable y horrorosa carretera para empalmar con el recorrido clásico en Les Mottets.


Una vez aquí, comienza la subida hacia el Col de la Seigne, paso a Italia. No hay duda de ellos cuando se alcanza la frontera:

Sitio espectacular donde merece la pena parar a hacer unas fotos en las curiosas ruedas de distancias que encontramos.
En este punto, volemos a encontrarnos con la chica que va haciendo el recorrido en modalidad trail, que debe haber dejado a sus compañeros durmiendo un ratito más en el Refugio de Bohomme, donde la tarde pasada los vimos ya descansando mientras a nosotros nos quedaba aún la bajada hacia Chapieux.

Desde aquí, bajamos hacia el lago Combal, pasando por el Refugio Elisabetta, casi metido en medio del Glaciar Lex Blanche


Y tras pasar el lago, comienza otra subida que no sé muy bien por qué (¿cansados de ayer, quizás?), se nos atragantó, y alcanzamos el Col de Checroui con un poco de hartazgo ya, pues además, no supimos leer bien el mapa y no sabíamos muy bien hacia dónde debíamos continuar para llegar al Refugio Maison Vieille, en medio de una pista de esquí.

Cuando llegamos alli, tuvimos que replantearnos el día, pues decidimos que era mejor bajar a descansar tranquilamente a Courmayeur, aunque la etapa de hoy se nos quedar algo corta, para poder continuar con fuerzas renovadas el siguiente día.
La guarda del Refugio, amabilísima, llamó a un alojamiento en el centro de Courmayeur con su propio teléfono, de forma que, como ya estaba reservado, no podríamos echarnos atrás y proseguir con el clásico "un poco más" que tanto nos gusta.

De esta forma, a eso de las 4 de la tarde estábamos ya en el hotel, con intención de no hacer más que dar una vuelta por el pueblo (a 7 euros la caña, tampoco pudimos tomarnos muchas..), cenar y bien descansar.

Hicimos bien, porque un poco más tarde cayó una impresionante tormenta que, si en el pueblo y a resguardo daba bastante miedo, no me quiero imaginar en la montaña...



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