jueves, 29 de agosto de 2013

Vacaciones Parte 3. Costa azul y Puigcerdá

Una vez que terminamos nuestros quehaceres en Gavarnie y alrededores, pusimos rumbo a las playas de la Costa Azul.
No puedo negar que nos dio un poco de pereza e incluso estuvimos pensando si seguir unos días más por allí o continuar con los planes. Al final, nos decidimos a continuar...pero no todo salió según lo esperado.

La Costa Azul no fue lo que esperábamos. Playa, sí, claro, pero por mala suerte o por no informarnos mucho, no acabamos disfrutando de ningún "paraíso" costero ni nada parecido.

El viaje fue largo hasta Niza, con parada intermedia, y allí nos quedamos un par de días pensando si continuar hacia Dolomitas o darnos la vuelta.

Dos días de playa, cervezas y carreritas  por llano.



Finalmente, decidimos emprender la vuelta.

Llegamos a España por Puigcerdá. Como ya era tarde, decidimos quedarnos a pasar la noche allí.

El pueblo es muy bonito, y además, estaba en fiestas.

Cenamos escuchando un concierto en la plaza del pueblo, y al día siguiente, buscamos un taller donde nos hicieran una pequeña revisión a la furgo, que ya le tocaba. Esto nos llevó todo el día.
Aprovechamos las horas de espera para curiosear si habría alguna carrerita de montaña próxima. Efectivamente: en el pueblo de al lado (7 km.) en dos días, se disputarían dos carreras simultáneas: una de 34 km y otra de 16.

Rápidamente pusimos rumbo a Ger, pueblo de la salida de la carrera para informarnos del evento.

Pasamos allí la noche y al día siguiente hicimos una ruta chulísima que unía dos refugios del Puigcerdá por el GR-11: El de Engorgs con el Manliú.


Al llegar al Manliú comenzó una tormenta horrible que nos obligó a estar más de dos horas refugiados allí.
La parte buena es que una vez allí, ya podríamos dar por finalizada la actividad, y que en cuanto amainó la tormenta, unos chicos nos bajaron en coche hasta el pueblo.

Al día siguiente, aunque yo había pensado correr la carrera corta, la de 16 km, e incluso estaba convencidísima de ello, el miedo a no estar preparada, a que me fallara la rodilla y a quedar la última, me hizo quedarme (una vez más) como espectadora... y por supuesto recomiéndome la cabeza, que es lo peor.

Andrés, como siempre, fenomenal. Entró entre los 25 primeros, y, aunque vino bastante reventado, muy contento.

El resto del día, en la piscina, y luego una buena cena en Cal Torra, un restaurante súper recomendable.

Al día siguiente, para soltar piernas, subimos a trote cochinero hasta el Puigpedrós. Me volvió a molestar la rodilla, así que la bajada la recuerdo un poco amarga.



Comimos algo y como actividad vespertina, intentamos completar un mapa de orientación permanente que ofrece el Refugio de Manliú, pero que se nos dio fatal, y que tras casi dos horas, decidimos abandonar... Así de paquetes somos...

Puigcerdá visto. Continuemos...

Última parada: Suances.

Por un error de cálculo, pensábamos pasar acompañados los últimos días de vacaciones, pero resultó que nuestra posible compañía no estaba en Suances si no a 200 km de allí, así que ya, cansados de tanto viaje, decidimos poner punto y final así a nuestras vacaciones furgoneteras.
Nada reseñable: Playa, cervezas y mojitos...un clásico.


Llegamos a Salamanca, descargamos, pusimos lavadoras, etc, etc, etc, y al día siguiente, vuelta a la furgo y a Candelario con intención de hacer una carrerita de 1.30 h el viernes, y un caco el sábado.
Mi cuerpo me vuelve a decir basta con la carrera del viernes, así que el sábado espero a Andrés en la piscina, de relax-comecocos.

De ahí, a las fiestas de San Domingo, y ahora sí, de verdad, de verdad: PUNTO FINAL A LAS VACACIONES 2013.


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