jueves, 8 de agosto de 2013

ORA ET LABORA. Jerusalén



De forma absolutamente inesperada me envían a Jerusalén junto con mi compañera Tere a organizar la biblioteca del Instituto Español Bíblico Arqueológico.
(Jamás pensé yo que en este blog hablaría de trabajo)

La estancia la haremos en la misma Casa donde está la biblioteca así que no habrá que preocuparse mucho por la logística.

El sabado 6 aterrizamos en Tel-Aviv expectantes. No sabiamos qué nos ibamos a encontrar ni en lo personal ni en lo laboral.
En el aeropuerto nos esperaban nuestros anfitriones, que nos llevaron para abrir boca a una terraza que ofrece una vista general de la ciudad espectacular: Notre Dame.


Después hicimos una primera toma de contacto con la ciudad y paseo por los principales puntos de interés religiosos. Lo más llamativo,sin duda, lo pintoresco de la mezcla de atuendos y visibles costumbres de cada religión.

Después pudimos contemplar una vista preciosa desde el Monte de los olivos

Cena y chupito en casa.


El domingo, después de la típica misa de 10 en San Salvador, visita a una de las mejores azoteas de Jerusalén: LA CUSTODIA.


Poco después, paseo por el entramado de calles y su locura de zoco.


Por la tarde ya solas Tere y yo, y tras la advertencia de que no debíamos ir por la zona musulmana con ropa demasiado "occidental", paseamos por toda la ciudad vieja, visitando lo que nos encontrabamos a nuestro paso: barrio judío, muro de las lamentaciones, barrio armenio, zoco...un buen rastreo de varias horas para terminar buscando como locas un bar donde nos pusieran una cervecita/vinito para concluir el día.




La cosa estaba complicada....problemas de vivir en un barrio musulmán. Menos mal que nuestro olfato y sobre todo nuestra persistencia, nos llevó al Azahara, un bar Cristiano, donde sí venden alcohol. ¡¡Como Dios manda!!


Con el lunes, la semana puramente laboral empezó con varias malas noticias. La primera que todos los tejuelos q nos habiamos traído estaban no mal, si no fatal hechos, lo que nos iba a complicar mucho la labor.

La segunda, un poco más fríbola pero que me dejó nokeada fue la "recomendación" de que una mujer sola no debía salir a correr por el barrio, muchísimo menos sola e impensable con un atuendo tan indecente como...¡¡pantalón corto!!....pues estamos bien....

Después de trabajar, y para empezar con una rutina que no nos saltaríamos ni un sólo día,  cogimos un Taxi hasta la Puerta de Herodes.
El  paseo consistió en ir directamente a una zona de la Jerusalén moderna: Jaffa. Lo cierto es que ya hacía falta algo de vida occidental.
Tan solo unas cervecitas tranquilas .... Hoy nada de historia ni de piedras ni de religiones.



El martes aún la locura laboral nos tuvo ensimismadas toda la mañana y parte de la tarde. Empezar una obra así da un poco de vértigo...

Menos mal que al dar las 17.00 ¡¡hale!! ¡a que nos de el aire!. Fuimos de nuevo a la zona de Jafa, a sentarnos a tomar algo en unas terracitas que habíamos localizado el día anterior, y que no hacían sospechar que estuvieras en una ciudad tan peculiar. Tan sólo camareros, gente joven sin "disfraces", tu cerveza y tú. Tan agusto.




El miércoles ¡¡MI CUMPLE!! más o menos ni me enteré hasta que salí del trabajo (y de casa). Entonces, nos pusimos guapas y nos fuimos a Notre Dame con la intención de cenar allí, que la ocasión lo merecía, pero estaba cerrado por un congreso y terminamos cenando en el bar donde nos tomamos la primera cerveza: Azahara.





Coincidiendo con mi cumple (36... madre mía qué viejuna...) empezaba el Ramadán...Esto es otra historia: Todas las calles del barrio musulmán (es decir, donde viviamos nosotras), estaban sumidas en una locura de gentes, de voces, de puestos con dátiles y comidas típicas... PETARDAZO Y de repente se quedaban vacías. Ni un alma.

De verdad que sorprendente. Tal silencio daba hasta miedo.


Jueves jornada laboral "normal" y paseo por la ciudadela, para acabar sentadas en una terraza de una de las zonas más activas y del barrio judío. Fue el único día que no cogimos taxi para subir a la ciudad vieja. Así pudimos ver el cementerio judío, y la tumba de la Virgen María, que nos caían de paso.

El viernes se nos propuso ir a participar en el Viacrucis. Cuando acabó, nos fuimos a Notre Dame a tomar unas cervezas....



El sábado, vinieron los arqueólogos que están trabajando en yacimientos en Belén a desayunar, y después nos vamos a hacer la ruta de la muralla Tere y yo.
Por la tarde, nos llevaron a recorrer Belén y los sitios santos a su alrededor.

Para terminar el día, cerevecitas y cena rica, rica en una terraza muy occidental, que, ciertamente, contrastaba radicalmente con las actividades del resto del día.

El domingo, al MAR MUERTO con los arqueólogos. Evidentemente a ellos les interesaba mucho más que a nosotras todas las explicaciones sobre el Qumrán que a nosotras, pero siempre se aprende algo.

Y por fín: primer baño de la temporada:


Sensación muy rara. Bien, pero... da la sensación de que te estás bañando en un lago.
Divertido el baño, el barro y el chiringuito.

Bueno, pues comienza la segunda semana. Digamos que empezamos a verle las orejas al lobo. Nos damos cuenta de que con el tiempo que hemos perdido los primeros días por los tejuelos, el trabajo no se va a poder completar.
Ya veníamos avisadas de ello, pero yo he de confesar que en el fondo guardaba la esperanza de que podríamos acabar...

El caso es que esta segunda semana subió el volumen de trabajo, echando incluso horas nocturnas, que sobrellevábamos a base de música y buen humor........

El lunes el paseo vespertino fue de nuevo por el barrio moderno. Aprovechamos para comprar las famosas cremas de AHAVA.

El martes cambiamos el turno y trabajamos de tarde. Por la mañana asistimos a una misa celebrada en el Santo Sepulcro por nuestros anfitriones, y luego nos escapamos al mercado de Ben Yehuda. Me gustó mucho.

El miércoles, zona armenia, y el jueves, cena en Notre dame merecidiiiiiisima.

El viernes estábamos muy contentas, porque ya habíamos comunicado que el sábado a medio día nos pirábamos a tocarnos la barriga a la playa, así que hicimos las últimas compras en el zoco, y cañita de despedida de Jerusalén en el barrio cristiano, a la puerta de La custodia, por donde entramos el primer día, y ¡¡hale!! a currar un poco y a la cama.

El sábado, despedida de la Casa de Santiago, entrega del trabajo (hasta donde pudimos) y ¡¡¡PLAAAYAAAAA!!!

Habíamos reservado un hotel a escasos 5 minutos de la playa, así que según llegamos, nos pusimos el bikini, y zumbando.

Evidentemente me faltó tiempo para tirarme un rato corriendo por la playa.

Después, nos sentamos en un chiringuito donde acabaríamos ya cenando, y casi, si nos dejan desayunando...


El domingo, aún me dio tiempo a correr hasta la ciudad vieja de Tel-Aviv antes de desayunar, y luego un ratito de playa, un bañito, ducha y al aeropuerto.

No sé si ha quedado demasiado espeso el post con tanto día por día, pero así me sirve, en el futuro como recordatorio.

En fin.. esto han sido mis primeros días de verano y de los 36. De momento muy interesantes, y sobre todo (SOBRE TODO), diferentes.













1 comentario:

Sonia dijo...

Que gozada de curro tienes! Yo quieroooooooooooo