lunes, 1 de julio de 2013

DIARIO DE UNA RECUPERACIÓN. Semana 6

(¿Cuántas entradas tendrá esta serie?)

He corrido lo que he podido. Lento, pero ... no me quejo. Poder ponerme las zapatillas y echarme a la calle ya me parece un triunfo.

El sábado, además, una vuelta matutina en bici para quemar los excesos del día antes.

Pero lo más guay vino el domingo: tuve que lucharlo mucho, pero al final logré acompañante para ir a la montaña. ¡¡Qué ganas tenía!!.

Volví a Gredos, con ilusión y miedo. La idea era testar el estado de la rodilla, sobre todo en bajadas. No quería hacer algo técnico, pero sí quería que fuera largo para ver cómo iba a aguantar.

En principio íbamos a ir al Cerro de los huertos, pero como el camino no era muy claro, una vez que llegamos al Gargantón, decidimos tirar por la senda evidente hacia la Portilla del Rey.

Es una subida larga, y a veces se hace un poco pesada, pero la rodilla respondió sin problemas, así que estupendo.

Las vistas desde la portilla mucho más bonitas que la subida en sí.

Empezamos la bajada con mucha calma, pero poco a poco fui cogiendo confianza, y, aunque me hubiera gustado haber llevado bastones para ir con más soltura, el resultado fue bastante bueno.

Como siempre la última parte del recorrido, la de la subida a los Barrerones y bajada al Prao las Pozas, un rollo, pero en definitiva, contenta.


Una prueba más.
Cualquier día de estos, igual me pongo las zapatillas de trail y voy pa'llá....

(bueno, no sé...).

A Jerusalén tengo pensado llevarme las zapatillas, nunca se sabe....

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