A estas alturas, con las primeras nieves, por cierto, muy tardías, la zona está espectacular. Hacía tiempo que no iba, y desde luego, disfruté con el paisaje.
Íbamos con prisa porque a las 4 teníamos que estar en Hondura de Huebra para un evento familiar, así que, prácticamente no paramos salvo para hacer alguna foto o para ver alguna posible vía de escalada o para recoger ideas para la próxima vez.
Las paradas obligatorias, fueron:
La Virgen:
La Ceja:
Las agujas:
El paso del diablo:
y El Torreón.
La vuelta a todo correr porque, como siempre, el tiempo se nos había echado encima.
Después de los compromisos, fuimos a recuperar a Linares de Riofrío, al bar la Honfría, donde tenían expuestas una serie de setas que habían cogido los dueños por la zona, y que realmente llamaba la atención.
Comimos varias tapas de distintos tipos de ellas, y rápidamente para Salamanca, que, de nuevo, llegábamos tarde a la fiesta de cumpleaños de Mariete.
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