Tocando varios palos, este pasado fin de semana tocaba casa
rural, como siempre en Hondura de Huebra, por gentileza de Javier Tomás, pero
para curar un poco la conciencia, antes de ir para allá, hicimos una única
subida en la Covatilla en la típica escapada exprés después de trabajar.
Sergio nos esperaba allí, y, pese a que él había tenido un
rato de buen tiempo, nosotros, a las 16.00 cuando llegamos, nos encontramos con
una buena granizada y la estación cubierta por la niebla.
Por un rato, tuvimos que esperar en el coche, pero
aprovechando un momento en el que despejó, nos pusimos en marcha y, más que
nada por las ganas que teníamos, hicimos, como digo , una única subida.
Y su correspondiente bajada, claro.
Andrés aún hizo una exprés, pero Sergio y yo esperamos en el
coche.
A media tarde, marchamos hacia Hondura, y a partir de ahí la
actividad principal consistió en comer y beber… Como no podía ser de otra
manera.
Yo me fui a la cama pronto, así que el sábado estaba como
una rosa. Sergio, Andrés y yo decidimos que como hacía muy buen tiempo,
podríamos ir a trotar un poco hacia la zona de Pico Cervero.
La ascensión se hace por una ancha pista, así que no era una
ruta muy técnica, pero sí tiene la suficiente inclinación como para hacernos
sudar.
Mi objetivo era llegar arriba sin parar de trotar. Daba
igual el ritmo.
Lo conseguí, así que terminé contenta.
La bajada, con mucha precaución, la hicimos Sergio y yo charlando
de todo un poco, y apretando un poco al final para terminar con la sensación de
“¿pero no llegamos ya?”. Mola.
Regresamos a casa sobre la hora de comer, pero el resto del
grupo se habían ido a Linares, así que nosotros nos duchamos, estiramos y nos
preparamos un aperitivo que llegaban.
Una vez reunidos, pasamos la tarde entre hacer las brasas
para la barbacoa, comer tranquilamente a medida que iba saliendo la carne,
charlando, riendo… Y por supuesto bebiendo.
Fue el primer día que salió el sol desde hacía mucho, así
que aprovechamos todo lo que pudimos en el exterior.
Ya al aterdecer, la
actividad cambió a “juegos de mesa”. No me apasionan, la verdad, pero era lo
que tocaba. Así que tuve que ganar, ejejejej.
El domingo muchas agujetas (cómo molan) y bastante
remordimiento de conciencia por los excesos de comida y bebida. En fin, un
clásico…
Creo que esta semana, también me voy a escapar algún día
entre diario a disfrutar de la impresionante cantidad de nieve que aún hay en
la Covatilla. Dan muy buen tiempo, por fin desde hace mucho tiempo, así que
esto no se puede dejar pasar…
¡¡Como esto siga así, este año esquiamos en Junio!!.
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