miércoles, 15 de febrero de 2017

Si antes me calzo las zapatillas...

Harta de esperar "sentada" (es un decir) a la llamada del hospital para que me tuneen la rodilla, ya he empezado a rodar.
El viernes pasado me animé, y me fui a la Peña de Francia. Sólo me atreví con la zona de la pista, que pisar zonas irregulares es aún un poco fuerte para mí...


Lo disfruté muchísimo. El ritmo es lo de menos. No fui a matarme ni a batir un record mundial. Fui a pasármelo bien y lo hice. Además, la zona estaba recién nevada, y mis huellas y el silencio fueron los únicos acompañantes que me llevé. Primeras veces.


No me dolió nada, me sentí bien,

Al día siguiente, el sábado, viajamos hasta Valgrande Pajares e hicimos unas subiditas por pista mientras los cracks del skimo nacional se batían en el campeonato de España.

En la parte alta se metió una niebla que hacía las bajadas muy incómodas, más aún con mi nivel de esquí.

Después de comer algo y tomar un café, hicimos tiempo en la cafetería, porque a eso de las 20.00 empezaba la charla técnica que explicaría el recorrido de la prueba del día siguiente, en la que participaría Andrés.

El tiempo no iba a ser muy bueno, pero es algo que entra dentro del juego de estas actividades, así que no vale quejarse.


Andrés tomó la salida y yo me quedé un rato en la cafetería, cogiendo calor e intentando sacar ganas de calzarme los esquís. El panorama no era muy alentador...


Echándole mucho valor, me preparé para hacer unas subidas, pero justo cuando ya estaba completamente equipada,


me avisó Andrés de que ya estaba en meta, así que (tampoco me importó mucho, tal y como estaba el tiempo), fui a recogerlo y a desequiparme.

Tras la ducha y las batallitas, tomamos unas cervezas y unos aperitivos en la furgo.



A las 14.00 había espicha, y, como no podía ser de otra forma, comí demasiado... aisssss

Un finde de primeras (y espero que no últimas) veces.
Siempre mola hacer cosas nuevas.

Espero que por mucho tiempo.


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