jueves, 1 de octubre de 2015

4 DÍAS, 3 CUMBRES Y UNA MEDIA

Pasaron las ferias de Salamanca, con sus excesos y su monotemática de caseteo.
Cambiamos de tercio, y comenzamos con la vuelta a la rutina: la espalda va mejorando, las ganas de moverse retornan y nuevos proyectos a la vista me hacen "mover el culo".
Tras una semana de puesta a punto en el gym, y una súperfiesta en León de por medio:


decido cogerme dos días de vacaciones para irme con Perrino a Gredos. Hay ganas de montaña y no se pueden desaprovechar las oportunidades de ir mientras se pueda.


El jueves 24 ponemos rumbo al Refugio Elola, y, una vez allí, emprendemos ascenso a LA GALANA.
Perri no había subido nunca, así que iba con la ilusión de la primera vez.

Tuvimos mucho cuidado en el paso aéreo que te pone prácticamente en la cumbre:

Y listo

Se nos dio bien y antes de las 17.00 estamos de vuelta en el refugio sin mucho más que hacer que tomar unas cervezas (tampoco muchas, que cada vez están más caras...) y esperar la cena.



Aunque pensábamos que no habría nadie, al ser día de diario, resulta que en el refugio había un ambientillo curioso, eso sí, la comida sigue siendo bastante reguleras.

Después de la cena, como de costumbre, poco queda por hacer salvo contemplar un rato el cielo y elucubrar sobre los planes para mañana.


Sin madrugar mucho, pues no teníamos nada de prisa, es más, casi al contrario (habíamos medio quedado en vernos sobre las 18.00 en el Morezón con Andrés, que vendría directamente desde el trabajo), salimos hacia el Almanzor.





Ya digo que no había prisa, pero aún así, en menos de dos horas estábamos atacando la cumbre.


Y aprovechando que estábamos solos, nos hicimos unas fotos a gusto



Y después, como siempre, a sufrir en la bajada:


Sobre las 13.00 estábamos de vuelta en el Elola, recogiendo las cosas que habíamos dejado en la taquilla.
Como íbamos con calma, paramos también a tomar un aperitivo y comentar la ascensión con otros dos chicos que acababan de bajar  como nosotros.

Y regreso con las mismas a la plataforma.

Era demasiado pronto para esperar a Andrés en el Morezón, así que bajamos a Hoyos del Espino a celebrar la hazaña con un buen bocata de la Bodeguita.
Y rápido llegó Andrés, que se tomó un café y subió "a lo trail" al Morezón para estar de vuelta lo antes posible.

Justo entonces, nos llamó Sergio, que estaba ya esperando al guardia que le diera las llaves del refugio donde se quedarían a dormir los voluntarios que van (en realidad vamos) a colaborar con el Ultra de Gredos que se celebrará la próxima semana.

Nos duchamos y adecentamos un poco el sitio, mientras esperábamos a Andrés, y cuando nos llamó, subimos a cenar a Hoyos del Espino, por supuesto con sus correspondientes tintos de verano.


Como el refugio no nos convencía mucho, y en la furgo se duerme fenomenal, procedimos a un buen descanso allí mismo.

Amaneció un sábado frío, muy frío. Ya se nota el otoño.
Nos hicimos el desayuno en el refugio y comienza el día con un curso de Primeros Auxilios ofrecido para los voluntarios.
Yo decido quedarme con Perrino, pues no me parece bien dejarlo solo, así que después de tomar un café tranquilamente, y hacer un poco de compra, pensamos que estaría bien hacer el recorrido de la MEDIA MARATÓN POR LA NATURALEZA, y estábamos preparando para ello cuando apareció Andrés y se unió al plan.

La hicimos tranquilamente, pero sin dejar de trotar salvo para alguna parada técnica. Al final, se hizo duro.


Nos dimos una ducha y comimos antes de ir a hacernos la foto en el fotocall que había preparado Sergio.

Y luego tocaba hacer vida social con el resto de voluntarios, así que así llegó la hora de la cena, de nuevo en la Bodeguilla, y gentileza de la organización del Ultra.

Había que irse a dormir pronto, porque a la mañana siguiente, estábamos convocados a un desayuno completo a las 7.00 de la mañana para luego cada voluntario ir a balizar la zona que tenía asignada. Nosotros teníamos una larga ruta desde la Laguna hasta Cabeza Nevada, y desde allí hasta el Puente de Roncesvalles, Reguero llano y Plataforma.

Calculamos que tardaríamos unas 8 horas, aunque finalmente salieron muchas más.

Total, que fuimos un pequeño grupo de 6 personas balizando el recorrido. Comenzamos en la bajada del Gargantón y el ascenso a CABEZA NEVADA.



Nunca había llegado a la cumbre de CABEZA NEVADA, y realmente merece la pena


Vistas impresionantes


Íbamos mucho más lentos de lo que esperaba, y lo que nos quedaba aún...


Una zona de bajada no muy clara nos retuvo mucho tiempo buscando la mejor opción para que bajaran los corredores con seguridad.

Se hacía ya muy tarde, y Perrino se tenía que ir, por lo que dejamos a Jairo, Andrés y Álvaro que terminaran la faena y Perri, Ole y yo nos bajamos lo más rápido que pudimos hacia el Puente de Roncesvalles y Prao Pozas.

Al final, más de 11 horas de una ruta tan desconocida como inolvidable...

Han sido cuatro días de aliento dentro del agobio que me entra de pensar en un otoño de asfalto, ciudad, hospitales y convalecencias....




2 comentarios:

Perry dijo...

- Pero qué bien me han venido estas vacaciones!! Gracias

Helena González Tapia dijo...

Siempre un placer, don Perrino. Cuando quieras repetimos...