jueves, 15 de septiembre de 2011

RECIÉN ATERRIZADA DE LA TAR

A falta de escribir una crónica en condiciones sobre lo puramente deportivo de la TRANSALPINE, de momento voy tan sólo a resumir lo que en este momento me sale.




En el aeropuerto, hecha un manojo de nervios, empecé a conocer a gente que iba también a correr. A algunos ya les conocía por ser caras populares en los podiums de las carreras y a otros, lo único que me unía era que todos íbamos a correr.




De momento, la cosa no iba demasiado bien: mi maleta se quedó en el aeropuerto de Madrid y no llegaría a Munich hasta el miércoles siguiente.




Afortunadamente, y no me explico muy bien por qué, me lo tomé con una tranquilidad pasmosa y me decidí a disfrutar de la compañía que, aunque en ese momento aún no lo sabía, iba a ser una parte muy importante de este viaje.
Nos reunimos en el aeropuerto de Munich Miguel Caballero, David Castán, Nuria Domínguez, Isabel Sanjuan (todos ellos del equipo de TRANGO ESPAÑA), Edurne Pasabán, Idoia, mi compi Dani y yo. Desde ese momento, nos traerían y llevarían a todos como conjunto, yendo a los mismos hoteles y teniendo los mismos horarios.
No es difícil hacerse una idea de lo que significaba estar al lado de personajes tan importantes para mi.




Llegamos a Obertsdorf y empezó la fiesta: dorsales, chip, bolsa de transporte de material (la mía innecesaria, claro...), etc etc...
Logré hablar con la organziación para que me prestaran el material obligatorio sin el cual no podría correr, y, muy amablemente, me dijeron que me proporcionarían lo que necesitase. Gracias a Dios, había metido en la mochila de mano una equipación completa de correr, que fue con lo que tuve que tirar los 5 días siguientes, lavándola por la noche y volviendo a ponérmela por la mañana.
Aún así, era imprescindible llevar una mochila con recipiente para el agua, botiquín y ropa de abrigo. Todo esto me lo dieron los amigos de GORE TEX. Menos mal!!




Por la noche, la primera pasta party, que es precisamente eso: un catering de platos de pasta y ensalada y donde mientras comíamos, nos explicaban los detalles técnicos y organizativos, además de hacer una pesentación de la etapa del día siguiente.




Luego al hotel a dormir y a la mañana siguiente empezaba lo bueno. Por supuesto, esos primeros momentos fueron muy tensos, y con muchas dudas sobre si vas a dar a talla, y si vas a ser capaz de terminar una empresa de este tamaño, pero, por suerte, una vez que te pones a correr, tan sólo importa eso: correr.




La etapa era corta, tan sólo 27 km entre Oberstdorf (GER) y Kleinwalsertal (AUT). Mi compi y yo lo hicimos tranquilamente, sin prisas.




Cuando llegamos,  me llamó Nuria, que estaba dándose un masaje, y me informó de que Miguel y David habían quedado primeros con una gran ventaja sobre los segundos, un equipo escocés, y que ellas, sin mucho esfuerzo, habían quedado segundas. Estas primeras alegrías compartidas fueron las que empezaron a forjar el grupo.




Hotel, ducha rápida y a la pasta party. Recogida emotiva del mayllot de líderes para el equipo de los chicos y podium para las chicas.




A la cama a descansar que mañana tenemos por delante 53 km. y hay que levantarse muy temprano.




El segundo día, debería haber sentido algo de vértigo al pensar en la paliza que nos esperaba, pero seguía un poco en mi estado de "no hay miedo", que me había recomendado Depa en la última llamada deseandome suerte, así que desayuno, zapatillas y pin-pan, pin-pan. Yo le repetía constantemente a Dani: "no pienses, sólo pon un pie y luego el otro, paso a paso".
Total, que segunda etapa concluída y cambio de hotel. Dani no fue a la pasta party porque se encontraba muy cansado, así que me fui sola con los "tranguitos".
Otra vez podiums, y emociones para los chicos. Las chicas habían tenido algún problema y esta vez no subieron a recoger trofeo.




Regreso al hotel, consulta al correo y a charlar un rato con el compañero.




El tercer día, tuvieron que cambiar el recorrido por mal tiempo, y yo tuve que ir a pedir a la organización unas mallas más largas y una camiseta de manga larga, porque corría el riesgo de morirme de frío si salía con la única equipación que tenía.




El día fue muy desagradable. Pasé muchisimo frío, tanto que por un momento temí ponerme mala. Menos mal que cuando acabó la etapa, y tras la correspondiente cerveza que todos los días me tomaba en el stand de Gore, nos dimos una ducha y regresamos para cenar junto con Idoia y Edurne, que al día siguiente cogerían un avión de regreso a España. Habían pasado demasiado frío y habían decidido abandonar.




Cenamos charlando con un mito vivo del alpinismo mundial. Otra vez podiums de los tranguitos, y vuelta al hotel a comentar la jugada, despedida de Idoia y Edurne, firma de camisetas (algunas muy olorosas) y a descansar.

Cuarto día: Esto empieza a parecer el día de la marmota:
5.45: despertador
6.00 desayuno y bajar la maleta (el que la tuviera)
6.30 recogida en la puerta del hotel y transporte a la salida
8.00 comienza la prueba.

Pues eso, que después de seguir meticulosamente la rutina diaria, comenzó una etapa en la que a Dani se le notó una gran mejoría en el ritmo. Fueron 39 km muy bonitos, y charlando muy agusto con unos y otros de los que ya conocíamos por ir coincidiendo en las etapas.
A la llegada, hoy muy soleada y alegre, y tras hablar un ratito con Kapi y Busti, que se retiraban por lesión, aproveché para tomar una cerveza y disfrutar del ambiente, pero pronto llegó Cristin, nuestro chófer particular para avisarnos de que teníamos que ir a la hotel para que nos diera tiempo a ducharnos y regresar.




Nuevo hotel, y mi maleta sin llegar (un momento de pánico, y luego otra vez vuelta a la calma). Fuimos  a la pasta party que ya empezaba a salirnos por las orejas, pero que hoy consistía en polenta, y otra vez emoción al ver a los chicos en el podium. Isabel no terminaba de encontrarse bien, y eso apenaba mucho, aunque ella, con su incombustible sonrisa, no permitía que el ánimo decayera, aún desde el hotel, donde se quedó descansando (aunque a juzgar por las fotos que nos enseñó luego, de descansar nada...).




A la vuelta, otra vez nos quedamos charlando mientras navegábamos un poco todos juntos en la hall del hotel. El dueño preparaba minuciosamente el desayuno para el día siguiente.
Muchas risas a costa de este enfermo del orden.




Y estamos en el ecuador de la carrera: KM VERTICAL.
Antes de salir del hotel un repartidor trae mi maleta: ¡¡¡¡BIENNNNN!!! Ahora ya apenas me va a hacer falta la mitad de las cosas que había metido en ella, pero, ¡qué coño!, son mis cosas y quiero tenerlas conmigo, y cambiarme de ropa, y no tener que lavar a mano, y darme mis cremas, y ponerme ropa de mi talla....




¡Qué emoción! Yo nunca había hecho ningún km vertical, pero ya sólo el nombre, mola.
Pese al modestísimo tiempo, me sentí muy orgullosa.




Hoy quedaba mucho tiempo libre, y por suerte no había pasta party para cenar, porque la hicieron para comer, así que los tranguitos y nosotros nos fuimos a un restaurante a comer lo que nos pedía el cuerpo: carne y huevos.
Fue también una cena muy divertida, donde con las tonterías de Miguel y de Isabel, no paramos de reir en todo el tiempo.




Por supuesto, los chicos seguían líderes, aunque David comenzaba a tener molestias, y las chicas habían vuelto a subir al podium con una espectacular etapa sobre todo de Nuria.
Las chicas están contentas




Dia 6: Salimos de Suiza y entramos en Italia: Día veraniego, mi compi se puso las pilas y no se quedó tan rezagado (salvo un bajón que tuvo por mi culpa, por no esperarle y hacerle compañía), y el ambiente a la llegada, espectacular. Después de ducharnos, Dani se dio un masaje y llegamos pronto a la pasta party, o sea que guardamos sitio para los tranguitos. De nuevo podium masculino y alegría cada vez más compartida.




Día 7: Dani sale como una moto y yo perpleja. Los primeros 10-12 km va por delante de mí. Yo muy agusto, corriendo en un día que se preveía más activo que los anteriores. Después del primer avituallamiento, donde adelantamos a las tranguitas, porque Isabel seguía con molestias, ascensión al Rappenscharte, a más de 3012 m. Una subida dura y preciosa. Por fin algo serio. Disfruté muchísimo subiendo, y más aún por los paisanos que habían llegado hasta allí para animar, incluso con tambores y trombones...
Al llegar al collado, una bajada trepidante donde los que son más ágiles que yo, pudieron bajar a lo loco. Después de esto, tan sólo una constante bajada hasta la meta. Llegamos mucho más pronto de lo normal. Se notaban las ganas de Dani de ver a su chica y a su amigo, pero, llegamos tan pronto que ellos aún no estaban. Cachissss... y eso que les traíamos una rosa a cada uno...




Nos dio tiempo a descansar un buen rato a la llegada, tomando el sol y hablando del rifirafe que habíamos tenido durante la etapa, pero que no fue más que un motivo para afianzar más nuestra confianza.




Me fui a duchar y regresé a darme un masaje, con lo que me quedé un poco descolgada del resto del grupo. En contrapartida, aproveché la soltura que me dieron las muchas cervezas que me tomé en las hamacas de Gore-tex para entablar conversación con otros corredores y con los chicos de Gore-Tex, Andreas y compañía. El inglés fluía de mi boca, ejjeejej.
Cuando me pareció, me fui hacia la zona de la pasta party y allí nos reunimos todos: los tranguitos, Dani, Lidia, Isra y yo. Cena rica, un concierto del cantante de la mítica KEEP ON RUNNING, y a la cama después de una infusión y un ratito de chateo en el hall del hotel.
Los chicos siguen líderes aunque hoy David ha seguido con algún problema serio de estómago. Ha tenido que ir al hospital porque del esfuerzo se le ha producido una pancreatitis y está muy hinchado. Lo bueno es que él es muy valiente y no está asustado. Mañana va a salir a ganar, y todos sabemos que lo conseguirá.




Dia 8: Ultima etapa:
No me puedo creer que ya estemos en este punto. Por una parte tengo ganas de que verme con la camiseta puesta, y, por lo tanto, habiendo logrado el Reto, pero por otra me da pena que todo acabe.
Antes de salir, corro hacia la casilla A, donde están los campeones, para desearle suerte a los tranguitos. Yo sé que ellos lo van a conseguir, pero también sé que agradecen las muestras de apoyo.
La etapa, por supuesto preciosa, y con un ánimo diferente: todos nos vemos ya finishers. Hoy nadie se retira. La entrada a la meta, con supermán de compañero, muy divertida.
Lo hemos logrado: somos finishsers, nuestro objetivo.




Después de los abrazos y besos (con la verguenza que me dan) con todos los que por allí andan, corro a felicitar a los tranguitos. Miguel se ha bebido ya mil cervezas y está catatónico. Pero muy gracioso. David ha sufrido mucho, pero ya todo pasó y ahora está radiante y no hace más que dar las gracias a todo el mundo por el apoyo recibido.
Todo parece un sueño.




Me voy al hotel tras estar un rato comentando el éxito con todo el mundo. Me ducho y bajo a la piscina, donde después de dormir un rato, no paro de reirme con los compañeros.
Después de arreglarnos un poco (muy poco) nos llevan a la última pasta party.
Hay mucha más gente de lo habitual. Comemos y bebemos mientras se dan los últimos premios. Miguel y David tienen los ojos llorosos. Todos los tenemos.




Después nos dan nuestra ansiada camiseta y comienza la fiesta. Yo al principio estaba un poco cortada por el tema este de bailar, pero como siempre mis amigas las cervezas me ayudan, y un rato después ya no quería irme y los pies se movían solos.




Todo el mundo quería fotos con los que habían sido compañeros de aventura. Lástima que yo no llevé la cámara.




Sorpresa final y a descansar, que ya es hora.




El último día, con algo de resaca, nos lo pasamos metidos en una furgoneta en un interminable viaje hasta el aeropuerto de Múnich. Allí, comimos y pasamos la tarde hasta la hora de nuestro vuelo. Dani salía el primero. No quiso despedidas, y se fue friamente. Estaba muy emocionado y prefería que fuera así.




El resto nos quedamos un poquito más riéndonos y haciendo bobadas. El vuelo iba con retraso, así que llegamos a Madrid muy tarde.
Nos despedimos allí.




Un aeropuerto es un buen sitio para despedirse.


















5 comentarios:

Roberto dijo...

Muy buena crónica!!!...que envidia de aventura, espero impaciente que me cuentes las aventurillas cuando vaya para tierras charras.
Un beso

r dijo...

Joe compañera! De nuevo como escarpias. No cabe la menor duda de que aprovechaste el momento y has disfrutado de cada una de las experiencias vividas. Me alegro un montón. Cómo somos muchos los que te daremos la vara con los detalles … porqué no preparas una presentación con fotos y no la vas enseñando con los detalles tomando unas birras en Salamanca cuando nos vayamos viendo? De nuevo ENHORABUENA! Desde este momento eres mi Edurne particular.

Sonia dijo...

ENHORABUENA, CAMPEONÍSIMA! por conseguir el reto y por escribirlo y compartirlo. eres la mejor!
Ah! Y me debes unas gafas, porque me he dejado los ojos cuando la letra se hacía más y más pequeña...
Un beso grande, de esos que te molan mogollón, jeje.

HELENA dijo...

Gracias, Robertos, ya os aburriré con mis historias en Salamanca o en Candelario, que tengo permiso para entrar, no??
Burbujita, siento lo de la letra, ya está solucionado. Lo publiqué en caliente y sin repasar...esta impaciencia mía...

Roberto dijo...

Enhorabuena por tu aventura!!

Me alegro que te haya emocionado tanto

Espero que me cuentes todo con detalle este finde...

Un besooooo