miércoles, 27 de mayo de 2015

"YES DE ONDE PACES, NO DE ONDE NACES"

Últimamente tengo la sensación de ir encadenando fines de semana muy parecidos en cuanto a actividad, pero en escenarios muy diferentes.
El pasado fin de semana, tras superar la pereza que nos provocaba pensar en un viaje de más de tres horas, pusimos rumbo a Potes. 

El sábado, sin madrugar, subimos hasta Tresviso desde Urdón. 
Tresviso es un pueblo que desde que aparecimos allí por casualidad, hará más de 10 años, siempre es un destino apetecible.


Como era un poco pronto cuando alcanzamos el pueblo, seguimos unos km. más hacia San Esteban, también por un PR, aunque bastante menos marcado y transitado. 

Preciosas vistas del pueblo desde el camino.

De regreso a Tresviso, la parada en el bar era obligatoria. 
Impresionante el sabor de este queso de Tresviso, sobre todo cuando, después de la cerveza, lo "maridamos" con una buena y fresquita sidra.
Sin duda es ahí arriba donde sabe mejor.


Entre el cansancio y la sidra/cerveza, la bajada la hicimos haciendo aún más "eses" que las que requería el camino:


Y con esa alegría, llegamos de nuevo al punto de partida.

Llegó la hora de hacer un poco de turismo, y visitar tanto los bares como las tiendas de Potes. 

Había tan buen ambiente allí que buscamos un buen sitio para dormir y disfrutamos de la tarde-noche hasta que el cansancio nos obligó a ir a dormir.

El domingo, Andrés había quedado con unos amigos Cántabros, así que nos dejamos guiar por ellos, que, como no, conocían bien la zona.

El día no acompañó demasiado, pero aún así hicimos un buen desnivel en busca la cima del Cornón, al que finalmente no pudimos llegar por culpa, en parte, de la niebla.



 Sin duda, hicimos muy bien en vencer la pereza y salir un poco más allá de los alrededores de casa. El finde mereció la pena.





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