Como ya sabíamos que no podíamos arriesgarlo todo al esquí, hicimos algo de tiempo por los garitos de Reinosa el viernes por la tarde-noche.
El sábado, sin madrugar, subimos a la estación para comprobar que, a parte de que apenas había nieve, la estación estaba semi desértica: apenas unos cuantos trabajadores de la estación y los monitores haciendo una parrillada para entretener el tiempo libre y amenizando la fiesta un dj muy entregado...
Cogimos los esquís y ascendimos por las pistas en busca de nieve. El paisaje era desolador, y más aún por el viento y la niebla que había.
En lugar de una estación, aquello parecía el "prao panadero", pero como lo importante son las ganas, pues nada, hasta que no encontramos un par de palas por donde subir, no paramos.
Si no hubiera habido tanta niebla, probablemente habríamos subido algo más, pero así, y con ventisca, no apetecía nada.
Así que nos quitamos las focas, y para abajo.
He aquí la carretera que atraviesa la estación y que la falta de nieve dejaba a la vista |
Abajo, la parrillada estaba a punto, y el dj dándolo todo, pero a nosotros no les apetecía invitarnos a su fiesta, así que nos tomamos una cerveza y nos fuimos a Reinosa a comer de pinchos.
Como tengo mucho que aprender en esto del esquí de travesía, cualquier ratito que emplee practicando, es tiempo aprovechado.
Sumo y sigo.
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