El cuarto día volvimos a madrugar para coger un tren que nos llevara a MER DE GLACE, un impresionante glaciar, creo que el más grande de Francia, y a más de 2500 m de altitud lleno de grietas y cascadas de hielo. Impresionaba aún más por estar custodiado por abismales cimas (Grandes Jorases, Dent du Requin...)
Para llegar a él bajamos por unos 400 escalones clavados en la pared. Una vía ferrata chulísima y divertidísima:
Una vez en el glaciar, aprovechamos para practicar un poco la técnica de cordada y nos dimos un paseo con los crampones para ir abriendo boca.
Algunas grietas daban un poco de yuyu:
La predicción meteorológica había dado lluvias, por lo que para la hora de comer, estábamos ya en la zona más turística, visitando una cueva de hielo en la que se ve un glaciar por dentro. Curioso ver cómo cada año el nivel del glaciar va bajando.
Después de comer, regresamos a Chamonix para hacer unas compras y vuelta al albergue.
Decidimos con Manolo que mañana iríamos al MONT BLANC DU TACUL (4248 m.) Empieza lo bueno.
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