Hoy empiezan los carnavales en mi pueblo. Hace años era algo imprescindible para mí. Hoy quiero pensar que no.
Otros años decía que no iba porque me iba a esquiar, a la montaña....un millón de excusas, que no hacían que desapareciera ese sentimiento de traidora durante los cinco días, pero lo apaciguaba.
Este año no. Este año no tengo excusa. No me voy a ningún sitio... ni tampoco quiero. Me quedo en Salamanca, y me quedo sola.
No querría estar en ningún otro lugar que no fuera en mi pueblo, con mis amigos de siempre...y sin embargo, la realidad es otra.
La sensación de traición que tenía otros años, camuflada bajo la excitación de un viaje, no me vale este año. Llevo toda la mañana intentando contener la lagrimita que se me cae cuando oigo la palabra Carnaval.
De cualquier forma, yo me lo he buscado. Ahora no vale quejarse...
1 comentario:
Snif. Casi haces que se me caiga la lagrimita a mi. Pero como ya es martes de Carnaval, se que desde el viernes te has quitado esa espinita y que ahora ya eres mucho más feliz (aunque tengas un poco más de resaca)
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